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La pelea escolar es la tarea de violencia de cada día en Tucupita

Las peleas de jóvenes liceístas son protagonizadas por adolescentes en la salida de las actividades académicas con violencia y agresiones físicas por parte de los involucrados

Los hechos de violencia por jóvenes liceístas se escenifican en las adyacencias de las instituciones educativas. | Foto: Melquiades Ávila

Tucupita.- Los jóvenes estudiantes de la etapa media y diversificada, escenifican frecuentemente hechos de violencia en las adyacencias de las instituciones educativas en Tucupita, con resultados de agresiones físicas y verbales en los participantes que van desde el escándalo público hasta encontronazos y golpes.

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La tarde de los días jueves y viernes, las calles se llenaron de algarabías y ruedas de liceístas en la urbanización el Palomar, lugar donde se encuentra el Liceo Manuela Sáenz.

En el medio del círculo se encontraban dos jovencitas revolcándose en plena acción de agresiones mutuas. “Agárrenla, agárrenla”, se escuchaba una voz en medio del tumulto que se había formado por el encontronazo de las estudiantes. Otras voces dentro del grupo de estudiantes coreaban lo contrario: “Dale, dale, dale”, y la acción, con los ánimos bien caldeados, continuaba por el show de violencia de las dos jóvenes en medio del círculo.

La tarde del día jueves, el turno les tocó a dos jóvenes varones que protagonizaron un encontronazo en medio de las calles y ofrecieron su película de acción, tal como si fueran dos gallitos de pelea. “Estos escándalos de estudiantes son a diario”, señaló una representante que se identificó como María.

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“Esa es la educación que reciben esas muchachas, que se agarran en medio de las calles por motivos de amores”, continuó la representante.

Las peleas son a diario; ¿dónde están los profesores y donde están los padres, que no controlan a sus hijos?”, se interrogó una representante que prefirió reservar su identidad.

Los golpes y los moretones, los rasguños en los rostros y desgarramientos de ropas son los primeros resultados de estos hechos violentos, que protagonizan los jóvenes en Tucupita. Mientras tanto, la Defensoría escolar guarda silencio y brilla por su ausencia en las instituciones afectadas.

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